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Ermita San Sebastián |
ERMITA DE SAN SEBASTIAN
Lugar de oración de los árabes, construída en 1.218. La entrega oficial de Granada por Boabdil a los Reyes Católicos se hizo en la mañana del 2 de enero de 1492 junto a un pequeño santuario islámico de origen almohade. Es tradición que, con tal motivo, en él se celebró la primera misa en la ciudad, recuperada para el cristianismo; siendo más tarde dedicada al culto de San Sebastián. Es la única capilla musulmana de su género conservada en España.
Situada al final del Paseo del Violón, en la margen izquierda del río Genil, fue declarada por Decreto 0265 M., el 31 de junio de 1931 Monumento Histórico Nacional y su construcción se remonta al siglo XIII (1218), bajo la dominación almohade, como el palacio Alcázar Genil, cerca de esta ermita.
DATOS HISTÓRICO ARTÍSTICOS Edificio de gran interés histórico ya que es la única muestra de este tipo arquitectónico que ha llegado hasta nosotros en toda Andalucía. Se trata de una rábita o morabito, edificio religioso que proliferó en la España musulmana, a raiz del florecimiento del misticismo eremítico. A estos lugares se retiraban personas de gran religiosidad que, rechazando el contacto con el mundo exterior, se dedicaban a la oración y a la meditación, siendo incluso enterrados en ellas. Solían estar situadas tanto dentro como fuera del recinto urbano y en pleno campo. Junto a esta ermita, el lunes 2 de Enero de 1492, se encontraron el rey Fernando y Boabdil para hacer éste la entrega de las llaves de la ciudad de Granada, cantándose un "Tedeum", en acción de gracias por la victoria y celebrándose bajo el álamo que había junto a la ermita la primera misa, después de casi ocho siglos de dominación musulmana. Tras la conquista de Granada, muchas de estas rábitas fueron abandonadas y se arruinaron, siendo la ermita de San Sebastián una excepción, debido a que fue utilizada para el culto cristiano, consagrándose a los Santos Fabián y Sebastián. En sus largos años como capilla cristiana, ha pertenecido a varias parroquias. A mediados del siglo XIX, quizá debido a la Ley de Desamortización de Mendizábal, pasó a manos del Ayuntamiento, quien la arrendó a unos particulares e instalaron en ella una taberna. Actualmente pertenece a la Parroquia de San José de Calasanz, y se dice en ella misa todos los domingos y festivos.
EL EDIFICIO Su planta es aproximadamente cuadrada, con lados exteriores de 9'93, 10'08, 9'92 y 9'97 m. Los muros son de argamasa blanca muy dura, en el centro de cada uno de sus lados hay un hueco, aunque sólo uno comunica con el exterior, sirviendo de acceso a la misma. En el testero noreste, frente a la puerta de entrada hay tres nichos semicirculares. En el muro noroeste otro hueco da acceso a la Casa del Santero, adosada a la ermita (obra del s. XIX). Se cubre con cúpula semiesférica, de ladrillo, apoyado en cuatro trompas que descomponen el cuadrado de su planta en un octógono. En el anillo de la cúpula una inscripción recuerda la restauración de que fue objeto en 1615. Al parecer, la cúpula estaba decorada con pinturas mudéjares, realizadas en 1615 por la Cofradía de San Sebastián, pero desaparecieron en la restauración que, en 1933, hizo Leopoldo Torres Balbás. Desaparecidas dichas pinturas, hoy la ermita dista mucho de ser lo que sería cuando fue conquistada la ciudad. En sus paredes, pintadas a la cal, en color beige, se situaban una serie de lienzos y esculturas de autores desconocidos. Su exterior es de gran sencillez, destacando su puerta de acceso con arco de herradura enmarcado por alfiz de ladrillo, encima del cual hay una hornacina. Su cubierta es a cuatro aguas. En ella aparece una espadaña para albergar la campana; el tejadillo que la cubre fue realizado muy recientemente. A lo largo de su existencia como capilla cristiana, este edificio ha sido objeto de diversas restauraciones siendo uno de sus eternos problemas el de la humedad, debido al lugar donde está ubicada. A causa de su estado ruinoso y ser declarado Monumento Nacional, se realiza en 1933 la más importante restauración desde la de 1615, llevada a cabo por Leopoldo Torres Balbás. Se arregló la cúpula que presentaba grandes grietas y la armadura de la cubierta. D. Francisco Prieto Moreno, realizó en 1953 otra restauración. Hacia esa fecha se realizó el muro de contención del río Genil, el cual dejó a la ermita semihundida en el terrero. Se pensó elevarla para dejarla a la altura del Paseo del Violón, pero no se pudo llevar a cabo, debido principalmente a las grietas que presentaba la cúpula. Desgraciadamente el entorno de este monumento ha sufrido un gran deterioro, de tal forma que es difícil su visibilidad, fundamentalmente a causa del edificio construido en 1975. Aunque la Comisión del Patrimonio Artístico y Cultural quiso en su momento impedir tal edificación, no lo consiguieron, tan sólo lograron que el bloque de viviendas se separara unos metros de este emblemático monumento.