Sierra Nevada | Situación |
Formación y Geología |
El macizo de Sierra Nevada hace de Granada una provincia privilegiada. A una hora de la capital contamos con las cotas más altas de la Península, dentro de un incomparable parque natural repleto de increíbles parajes y joyas botánicas. Las excelencias naturales de incalculable valor que presenta Sierra Nevada la han hecho acreedora a su declaración como Reserva Nacional de Caza en mayo de 1966, Reserva Integral de la Biosfera por el Programa Man & Biosphere (M&B) de la UNESCO en 1986, y Parque Natural incluido en el inventario de Espacios Naturales Protegidos de la Comunidad Autónoma Andaluza en junio de 1989, y en 1998 por fin fue declarada Parque Nacional, siendo el de mayor extensión de España. Las posibilidades naturales y de ocio que brinda Sierra Nevada son innumerables, y esta página sólo pretende ser un pequeño índice que le permita adentrarse en esta "Sierra del Sol", como la denominaban los árabes.
Foto: Carlos Solana
Las Cordilleras Béticas, en cuya parte central se extiende la provincia de Granada, constituyen una serie de alineaciones montañosas, que cubre una superficie aproximada de 170.000 hectáreas, situándose por todo el sudeste español, desde la provincia de Murcia hasta el estrecho de Gibraltar. Sus límites están comprendidos entre la Depresión del Guadalquivir al norte, y el mar Mediterráneo al sur y al este.
Dentro de este ámbito estructural de las Cordilleras Béticas, se definen tres grandes conjuntos orográficos:
El macizo de Sierra Nevada, núcleo más importante de la Cordillera Penibética
y de todo el Sistema Bético, forma, junto con los Pirineos, las dos grandes
unidades estructuradas en la Península Ibérica por los plegamientos alpinos
a mediados de la era Terciaria, los cuales determinaron su elevación por los
empujes procedentes del continente africano que, sostenidos por la meseta castellana,
dieron lugar a la depresión del Guadalquivir.
Los extremos del macizo de Sierra Nevada se encuentran prácticamente definidos
entre las localidades de Ohanes (Almería) al este
y Padúl (Granada) al oeste. Entre ambas media una distancia de 78 kilómetros,
que puede admitirse como el desarrollo axial de la montaña. Su anchura varía,
sin embargo, desde los 30 kilómetros de se extremo oriental a los 15 kilómetros
de su extremo occidental. Tiene una superficie de 1.750 kilómetros cuadrados.
Foto: Carlos Solana
Las Cordilleras Béticas están formadas en el seno del gran sinclinal alpino situado al mediodía de Europa, con los sedimentos de la era Primaria y Secundaria, en los que se mezclaban arcillas, granos de cuarzo y óxidos de hierro. Los depósitos acumulados en el fondo de este sinclinal, cubierto por las aguas marinas hace más de 200 millones de años, constituyeron un considerable espesor, oscilando entre 3.000 y 4.000 metros, sometidos a las enormes presiones de las profundidades, que formaron y transformaron las rocas sedimentarias.
En la segunda mitad de la era Tercieria, en el Plioceno, comienza el abombamiento de los materiales ya plegados en anteriores movimientos orogénicos y va emergiendo poco a poco del nivel de las aguas, todo ello provocado por los movimientos netamente terciarios como toda la formación alpina que, iniciando su presión en el sur, fue desplazándose después en sentido septentrional hacia la meseta castellana, que actuó a modo de gran muralla.
Este abombamiento, respecto a la construcción de Sierra Nevada, es efectivo hasta el punto de rotura. Es decir, en principio se originó el curvamiento y después de éste la rotura, deslizándose los materiales unos encima de otros, formando las características fallas.
Un problema aún no perfectamente solucionado es el que se refiere a grandes masas de terrenos trasladadas a la región de Sierra Nevada por desplazamientos considerables, que inclusive alcanzan distancias de 50 kilómetros. Sin embargo, la moderna geología parece definirse afirmativa en este hecho, al comprobar en Sierra Nevada la existencia de terrenos característicos en la zona de Motril.
Sierra Nevada está formada por un núcleo de materiales paleozoicos, principalmente pizarras micáceas, poco duras, en el que no existen restos fósiles.
Geológicamente se conservan tres fajas o zonas en disposición concéntrica:
Por último, en torno a esta triple aureola y en su desnivel más inferior, se extienden los terrenos terciarios, de grandes extensiones arcillosas y enormes espesores de conglomerados.
Este roquedo diverso y las fuerzas meridionales que provocaron la elevación de Sierra Nevada, produce en su relieve sorprendentes contrastes: a los suaves y extensos planos inclinados o "lomas" de las vertientes meridionales, en el núcleo cristalino, se oponen los escarpados y profundos tajos de las vertientes septentrionales, en las cuales la erosión glaciar del Cuaternario, mucho más acusada que en la vertiente meridional, perfiló materializando unas huellas indelebles en estos escarpes septentrionales, que hoy se conocen como los circos o "corrales" del Veleta y Valdeinfierno, de la Laguna de las Yeguas, de Río Seco, de la Hoya de la Mora, así como las Lagunas de la Mosca, Larga, Caldera, Aguas Verdes, Cañada de Siete Lagunas o de Lajarón, nacimiento ésta del río del mismo nombre cuya cuenca aún conserva perfectamente definida la forma de U, característica de un cauce glaciar.